Desde el año 2015. Una sala de barrio, familiar, con un espacio cercano e íntimo dedicado al teatro y la cultura.
Serendipia son Susana Mercado y Juan Ángel Melero que además recogen sus propias producciones desde su compañía de Teatro, Serendipity Teatro.
En el año 2012 nace Serendipity Teatro, nuestra compañía de teatro que pronto empezó a estrenar títulos en diferentes formatos y géneros. Con el paso de algunos meses nos empezamos a interesar por los diferentes espacios culturales que visitábamos, y poco a poco a formar nuestra propia personalidad e identidad como compañía y trasladándola a nuestras producciones, pero con una inquietud que iba creciendo cada vez más, llevar esa personalidad como compañía a nuestro propio espacio, algo que tan solo plantearlo era tremendamente complicado.
Esa inquietud, mucha pasión y un sin fin de gestiones, esfuerzo y gran inversión nos hace llegar a una antigua ebanistería del mítico barrio de Quintana, junto a la Calle Alcalá, y dejarlo en el año 2015 transformado en un café-teatro con varias salas totalmente acondicionadas y que estaban hambrientas de creatividad.
Queremos tener cerca aquello que nos apasiona y nos hace felices y transmitirlo a todos los que quieran compartirlo con nosotros: compañías, actores, directores, dramaturgos, pintores… artistas que deseen mostrar su trabajo.
Con nuestro compromiso de mejorar y crecer un poquito más cada día, Café Teatro Serendipia abre sus puertas con una atmosfera familiar, alegre y cercana y que, ante todo, apuesta por los que comparten nuestra ilusión y luchan por lo que creen…
«La casualidad te ha traído a nuestro teatro.»
Un espacio donde haya espectáculo pero también reunión, creación e innovación.
Y es que, procurando ser una versión actualizada de este concepto nacido en los años 50, Serendipia quiere un diálogo con el espectador, ser accesibles, no solo mostrar.
Por ello procuramos que el público ya se sienta en familia antes de una función y darles la oportunidad de charlar y compartir sus impresiones al término, ya que tanto artistas como nosotros mismos quedamos disponibles para aquel que quiera disfrutar de lo mejor del teatro, el compartirlo.
No se trata de un concepto nuevo, desde siempre, el arte ha contado con diferentes e insólitos espacios en los que disfrutar del espectáculo envolviéndose siempre de la especialidad del lugar añadiendo sensaciones a cada representación.
Es en los años 50 el Crazy Horse de París que destaca por su carácter innovador y vanguardista, abre sus puertas, mostrándonos una nueva forma de cabaret; lo denominan café-théâtre, siendo así el primer café teatro en funcionamiento
No podemos olvidar la importancia de los denominados café-concert tan populares en la segunda mitad del siglo XIX y que se caracterizaban por lo que ofrecían al público: un espacio en el que bailar, divertirse y reunirse. Fueron los antecesores de los grandes cabarets que triunfarían años después.
Estos café-concert y café-tehatre dan lugar a otros espacios íntimos, a veces incluso clandestinos, donde grandes artistas se reúnen, analizan, ponen en común y, sobre todo innovan. Exponen nuevas formas de arte, nuevos retos, nuevos géneros que nacen de una idea pero que cobran forma en manos de personajes que, puede que sin saberlo, están haciendo historia, están abriendo camino.